martes, 27 de diciembre de 2016

El Dios de la misericordia

Gracias Padre por tu misericordia, gracias por no fijarte en mi debilidad y por extenderme tu mano. Sin tu mirada paternal y tus brazos abiertos, poco podría, pues sabes que soy débil y pequeño. Aún así me miras, aún así me acoges, aún así me eliges para ti como instrumento,

Mueres por mi en la cruz, sin necesidad de hacerlo vienes al mundo en forma de hombre por amor al hombre, derribaste las murallas que nos separaban, nos volviste a extender tu mano con tanto amor que no logro comprender tu misericordia, no soy capaz de asimilar tanto amor con este intelecto que me has regalado, me sobrepasa infinitamente. 

Transfórmame señor en un digno tabernáculo para ti, porque no soy digno de que entres en mi casa,

Edúcame con misericordia, que María sea mi maestra y guía permanente hacia ti. 

"Dios te salve María, por tu pureza, conserva puros mi cuerpo y mi alma. Ábreme ampliamente tu corazón y el corazón de tu hijo, dame almas, confíame a las personas y todo lo demás tómalo para ti. Dame almas, confíame a las personas y todo lo demás tómalo para ti".

En este día, quiero Madre, de corazón, renovar la alianza que he sellado contigo, que nuestra alianza sea mi más valeroso tesoro para desde ahí conquistar los corazones para Cristo.