jueves, 23 de febrero de 2017

Viviendo, amando.




Hace ya varias semanas he estado haciendo consciente durante el día, casi como una jaculatoria, el "aquí y ahora", intentado estar presente donde sea que me encuentre, con quien sea que esté a mi lado, porque no basta con estar físicamente si nuestra mente anda por ahí divagando, cuántas veces estamos ahí pero aunque tenemos oídos no estamos escuchando, aunque tenemos ojos no estamos mirando y observando nuestro entorno, aunque tenemos olfato no estamos oliendo, aunque poseemos el tacto en realidad no estamos tocando, nuestras preocupaciones o nuestra mente volando a veces se toman el momento, no digo que no haya que dejar volar la mente, pero a veces parece como si fuera más frecuente de lo que debería ser. 

Después dijo Jesús a sus discípulos: "Esto les digo: No se preocupen por lo que han de comer para vivir, ni por la ropa que necesitan para el cuerpo. La vida vale más que la comida, y el cuerpo más que la ropa. Fíjense en los cuervos: no siembran ni cosechan, ni tienen granero ni troje; sin embargo, Dios les da de comer. ¡Cuánto más valen ustedes que las aves! Y en todo caso, por mucho que uno se preocupe, ¿cómo podrá prolongar su vida ni siquiera una hora? Pues si no pueden hacer ni aun lo más pequeño, ¿por qué se preocupan por las demás cosas? "Fíjense cómo crecen los lirios: no trabajan ni hilan. Sin embargo, les digo que ni siquiera el rey Salomón, con todo su lujo, se vestía como uno de ellos. Pues si Dios viste así a la hierba, que hoy está en el campo y mañana se quema en el horno, ¡cuánto más habrá de vestirlos a ustedes, gente falta de fe! Por tanto, no anden afligidos, buscando qué comer y qué beber. Porque todas estas cosas son las que preocupan a la gente del mundo, pero ustedes tienen un Padre que ya sabe que las necesitan. Ustedes pongan su atención en el reino de Dios, y recibirán también estas cosas.

Lucas 12:22-31

Como si no bastara con las preocupaciones propias de nuestro quehacer diario, en estos tiempos parece como si tuviésemos que hacer todo a la vez y mantener el tiempo "ocupado", si no lo hacemos así ¿se siente extraño cierto? mensajes, notificaciones de redes sociales, la posibilidad de buscar cualquier contenido en cualquier momento, ya sea visual, auditivo o audio visual, ese aparatito tan magnifico pero tan absorbente. Tantos estímulos, cantidad de publicidad por todos lados, mensajes que captan nuestra atención, buen trabajo que hacen los publicistas con esa mezcla de colores que desvía nuestras miradas y capta nuestra atención. ¿Cómo hacerlo si parece que buscan captar nuestra atención de tantas formas posibles?

Conviértanse en personalidades recias, libres y apostólicas. José Kantenich.

El llamado intrínseco en cada ser humano es a amar y ser amado, ser libre, aportar de acuerdo a las cualidades y dones de cada uno, esa libertad es necesaria para ser participes y actores en el "presente", creo que solo es posible esta vivencia si caminamos por una senda de auto educación en la cual continuamente podamos examinarnos, buscando mejorar y crecer en el amor. Ese estar "aquí y ahora" en otras palabras podríamos traducirlo en amar, yo amo cuando me dispongo con todo mi ser a participar en el entorno que se me regala, amo en cuanto pongo atención al que se encuentra a mi lado, si realmente lo escucho, si realmente estoy dispuesto a entregar mi tiempo por un otro, entonces estoy amando y viviendo en pleno el momento. Que nuestras preocupaciones no nos roben el amar a los demás y también el amarnos a nosotros mismos.

Desprenderse, llevar en nuestra mochila lo justo y necesario es parte de aquello que nos ayuda a ser libres y no estar atados a lo innecesario, a lo superficial y pasajero, desprenderme de mis preocupaciones para dar paso al vivir en el hoy, a participar y entregar. Desprenderme para abrazarme a los demás, también estaré abrazando a Dios en ellos.  

He podido experimentar como cuando decididamente pongo toda mi atención en aquello en lo que estoy, cuando dirijo todos mis sentidos a participar del momento presente, ya sea que se trate de escuchar una canción, ver una película, conversar con un amigo, observar un paisaje, jugar con mi perro, viajar, caminar, mirar una obra de arte, ir a un retiro, orar, alabar a Dios con la música, sin importar de qué se trate, aquello que estuve haciendo queda profundamente grabado en mi corazón, mi alma lo atesora y lo guarda, al final se convierte en un acto de alabanza a Dios por la belleza y la posibilidad de ser participes de aquel momento, No es necesario hacer nada más. estar completamente ahí y lo que ocurre es impresionante, ejercer con libertad nuestra capacidad de amar y ser amados, eso es todo.

Ama a tu prójimo cómo a ti mismo. Ámense los unos a los otros así como yo los he amado. 
Jesús de Nazareth.



No hay comentarios :

Publicar un comentario