Acabo de escuchar una de esas pláticas espirituales que te hace ver la inmensidad de Dios, del amor, descubriendo cuanta verdad hay en las palabras que son impulsadas por el espíritu santo. Al mismo tiempo me siento pequeño, veo cuanto me falta todavía para atesorar apenas un poco de sabiduría. Ese purificarte los sentidos del espíritu que a diario son adormecidos por miles de cosas, podría decir realmente y no por repetir que el espíritu se alimenta.
A diario nos aletargamos. nos adormecemos, nos llenamos de cosas frívolas y sin sentido, y sin darnos cuenta ese pasa a ser nuestro alimento espiritual. Dejamos solo unos minutos al día para una que otra oración, muchas veces casi por costumbre. Recién visité un par de diarios online y pude ver y sentir un vacío de Dios, un vacío de amor. No hay nada presente allí que nos incentive a desprendernos por el otro, la mayoría de las noticias son superficiales, y lamentablemente cargadas de conflictos, desastres, chismes, curiosidades, muerte, vanidad y banalidad, lujuria, muy pocos valores presentes. Así no queda más que nuestra sensibilidad se adormezca, que nuestro sentido de solidaridad disminuya, que nuestra capacidad de asombro desaparezca, nos obliga a refugiarnos y poner un escudo en frente para protegernos en vez de llevar las manos abiertas para estar dispuestos a dar acogida. Es un desarme y eliminación de las vinculaciones. Así sin darnos cuenta entonces vamos caminando por la vida y pasamos al lado de un pobre hambriento, sin pan, no lo vimos... ni siquiera lo vimos. Menos aún vemos al pobre de espíritu.
Me di cuenta que en estos diarios no vi pobreza, o signos de pobreza, no hay muestras del sufrimiento del hombre, de la injusticia social, de los desvalidos de nuestra sociedad. ¿Sabes lo que hice? Abrí google y en el buscador de imágenes escribí la palabra "desnutrido" y luego como si no fuera suficiente escribí "pobreza". No diré lo que sentí, tan solo hazlo y fíjate como reacciona tu corazón. A veces criticamos a otros diciendo de ellos que viven en una burbuja, ¿no debiéramos preguntarnos a caso si no somos nosotros los que vivimos en una?.
Para mantenerme despierto en el espíritu me esfuerzo por cada noche hacer una oración que no sea solo de pasada, sino de culmine del día, que recoja las vivencias y luego las comparta con el señor, dejando que él me ilustre en lo vivido. En algunas ocasiones dejo que la música me lleve hacia él, no música de relajación sino que música católica. Si el sueño no me ha ganado todavía, entonces le pido a Dios que me ayude a terminar el día a través de su palabra.
Intento siempre llevar conmigo un libro que sea inspirador en las virtudes del hombre, que me ayude a des acomodarme, a reflexionar. Los viajes ya no son lo mismo sin algún librito. Antes escuchaba música, ahora voy dispuesto a escuchar lo que hay en el ambiente y no encerrarme.
Cuando puedo comparto con otro mis pensamientos y mis ideales, sin duda me alimento del otro y el otro se alimenta de mí.
Como escuché de un padre hace poco en la radio: "Ojalá cada uno se esforzara por ser fuente para los demás".
Te invito a dejar un comentario sobre lo que te ayuda a mantenerte despierto en el espíritu, que aviva tu alma.
Un abrazo en Cristo.
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