viernes, 12 de abril de 2013

Quien pierde su vida la encuentra (Mc 8, 35) - Hermana Glenda

Hace un par de días en la conversación después de la cena, conversábamos en mi casa sobre la santidad. Hay una idea de que es más fácil ser santo si se es religioso, que en un estado laico las cosas se complican, sin embargo creo que es igual de posible en ambos casos, si la persona decide entregar su vida a Dios. Esa entrega de vida puede ser de muchas formas, lo más importante, es entregarla a los planes de Dios, es decir, según la propia vocación, es ir más allá de los propios planes, donde solo Dios sabe cuanto puedo entregar realmente, desde ahí entonces es posible la santidad.

Quien pierde su vida la encuentra (Mc 8, 35) - Hermana Glenda

Esta es la historia de un mendigo
A quien Dios decidió visitarle
Enterado de esta noticia
Se decía a si mismo

Dios viene a verme
Por fin me dará todo lo que necesito
El Señor llegó hasta donde el
Y de rodillas le pidió
Dame algo de ti

A el mendigo le dio mucha rabia
esa actitud de Dios
Enfadado sacó de su bolsa un trocito de pan
Y se lo dio

El Señor le beso efusivamente
Y muy agradecido se marchó
Mucho tiempo después
El mendigo volvió a abrir su bolsa
Y se encontró en ella
Una hermosa miga de pan de oro

Entonces se dijo
Que bueno es Dios
Ahora comprendo
Por qué me pedía él a mi

Quien pierde su vida por mí
La encontrará, la encontrará, la encontrará

Quien deja a su padre por mí
Su madre por mí
Me encontrará, me encontrará

No tengas miedo, no tengas miedo
Yo estoy aquí, yo estoy aquí

Quien deja su tierra por mi
Sus bienes por mi, sus hijos por mi
Me encontrará
No tengas miedo,
Yo conozco a quienes eleji
A quienes elegí

Quien pierde su vida por mi
La encontrará, la encontrará, la encontrará


Para quienes no conocen sobre su música o no saben quien es la hermana glenda, los dejo invitados a visitar su página web aquí

sábado, 6 de abril de 2013

¿Te gustaban las clases de religión en el colegio?


Comentaré un poco desde mi vivencia en cuanto al tema de impartir clases de distintas asignaturas, en especial de "religión". Soy un convencido de que lo que marca la diferencia en las aulas de los colegios es "el profesor", su motivación y disposición. El niño estará pendiente de muchas cosas y de seguro preferiría estar fuera del salón de clases, jugando o haciendo algo "más entretenido", realmente él desconoce lo interesante y provechoso que puede llegar a ser el estudio, debate de ideas y aprender. ¿De quién es la tarea de motivar al niño? Creo que concordaremos que dentro de la sala de clases eso es tarea del profesor. Lamentablemente en muchas ocasiones nos encontramos con profesionales, que ya sea por des motivación, falta de vocación u otra causa, se paran frente a los estudiantes y entregan un discurso lento, plano, con un formato de: "yo vengo a enseñar y usted tome nota", es decir, un aburrimiento total que se prolonga por 1 hora y media. ¿Que se puede esperar de eso?¿Que respuesta podemos esperar de parte de los estudiantes?

No es distinta la situación con las clases de religión. En mi experiencia siempre vi estás clases como algo fuera de lo común, es decir, tenía un elemento diferenciador respecto a las demás asignaturas, aunque no supiera decir que era. Parecía que la mayoría de los estudiantes no tomaran mucha atención como diciendo ¿y esto? a mi qué, me da lo mismo, ¿acaso sirve de algo?. Yo adhería a un grupo más reducido que pensaba que podía ser provechoso. Estando en un colegio laico incluso se llegó a sacar esta clase de la malla dejándola como optativo, al hacer esto recuerdo que llegaron jóvenes voluntariamente con la esperanza de encontrar un grupo de acogida, un grupo de amistad, donde se compartiera la vida, eso vi en sus miradas, aunque me parece que no encontraron lo que buscaban.

Creo que la clase de religión no debe estar enfocada solo al que cree en Dios o a personas practicantes de una sola religión, sino al cristiano, judío, musulmán como también al que se considera ateo o agnóstico, siendo una instancia de encuentro de ideas con el afán de encontrar los sentidos profundos de la vida, el sentido de mi existencia, una apuesta por conservar los valores de la sociedad. Sería muy eficaz si se convierte en un complemento al resto de las asignaturas, dando las nociones de ética y moral que muchas veces queda fuera de la exposición de temas relevantes en las demás asignaturas.

Esa es mi visión en general sobre las clases de religión. He encontrado un video muy bueno que representa muy bien la pasión e importancia de las clases de religión, lo dejo a continuación.


martes, 2 de abril de 2013

Película: "Cristiada"



LA HISTORIA DE MÉXICO QUE TE QUISIERON OCULTAR
Una narración épica de la Guerra Cristera (1926-1929), que fue detonada por el intento del gobierno mexicano de suprimir la libertad de culto. La película sigue la epopeya de gente ordinaria de todo el país que eligió defender su libertad. Todos ellos deberán decidir si están dispuestos a dar su vida por defenderla.
Así es promocionada la película en su página web (cristiadapelicula).

La película muestra La Guerra Cristera (también conocida como "Guerra de los Cristeros" o "Cristiada) en México, un conflicto armado entre los años 1926 y 1929 entre el gobierno de Plutarco Elías Calles y milicias de laicos, presbiteros y religiosos católicos que resistían la aplicación de legislación y políticas públicas orientadas a restringir la participación de la iglesia sobre bienes de la nación como en procedimientos civiles. 

Durante este tiempo fueron asesinados muchos católicos que no participaban en el levantamiento armado. Uno de ellos es el padre Pro. En la fotografía se observa al padre momentos antes de ser fusilado, extendió sus brazos en cruz y con un rosario en una mano y un crucifijo en la otra, exclamó: ¡Viva Cristo Rey!

La "Ley Calles", reglamentación del artículo 130 de la constitución, promovida por el presidente Plutarco Elías Calles y José Fernando Rodríguez Rojas (general revolucionario), buscaba limitar o suprimir la participación de las iglesias en la vida pública, imponiendo medidas claramente anticatólicas. Se llegó a obligar a los ministros de culto a ser personas casadas, prohibir la existencia de comunidades religiosas, prohibición de la celebración de culto por sacerdotes extranjeros, entre otros, en definitiva la supresión de la libertad de culto. En respuesta los católicos llamaron a un boicot para no pagar impuestos, minimizar el consumo de productos comercializados por el gobierno, no comprar billetes de la Lotería Nacional, ni utilizar vehículos con tal de no comprar gasolina. A pesar de generar serios daños en la economía, esto no fue suficiente, obteniendo como respuesta una oleada de matanzas por parte del gobierno con tal de poner orden.

Bajo un clima tan hostil, se formaron los "Cristeros", quienes vieron viable una salida militar al conflicto, se trataba de campesinos y rancheros sin formación militar, guerrillas de campesinos dispuestos a dar la vida por "Cristo Rey", las proclamas eran ¡Viva Cristo rey! y ¡Viva Santa María de Guadalupe". Las fuerzas armadas Cristeras llegaron a 50.000 en 1929. La resistencia de los Cristeros no solo era armada, también en ella habían niños, sacerdotes, religiosas, y laicos, perseguidos por sus creencias, muchos de ellos mártires. Se trato de una verdadera cruzada, en la que se estima unos 250.000 muertos y 250.000 refugiados, en su mayoría no combatientes. Finalmente se llegó a un convenio de paz.

Muchos mártires de la Guerra Cristera fueron canonizados, en su mayoría por Juan Pablo II. Puedes ver aquí mártires de la guerra.


A continuación les dejo un trailer de la película "Cristiada".


Puedes ver la película en español haciendo click aquí.

domingo, 31 de marzo de 2013

Feliz Pascua de Resurrección. Mensaje pascual y bendición "Urbi et orbi" del Papa Francisco.



A continuación les dejo el mensaje pascual y la bendición "Urbi et orbi" del papa Francisco, escrito y en video.



Queridos hermanos y hermanas de Roma y de todo el mundo: ¡Feliz Pascua!

Es una gran alegría para mí, al comienzo de mi ministerio, poderos dar este anuncio: ¡Cristo ha resucitado! Quisiera que llegara a todas las casas, a todas las familias, especialmente allí donde hay más sufrimiento, en los hospitales, en las cárceles...

Quisiera que llegara sobre todo al corazón de cada uno, porque es allí donde Dios quiere sembrar esta Buena Nueva: Jesús ha resucitado, hay esperanza para ti, ya no estás bajo el dominio del pecado, del mal. Ha vencido el amor, ha triunfado la misericordia. ¡Siempre triunfa la misericordia de Dios!

También nosotros, como las mujeres discípulas de Jesús que fueron al sepulcro y lo encontraron vacío, podemos preguntarnos qué sentido tiene este evento (cf. Lc 24,4). ¿Qué significa que Jesús ha resucitado? Significa que el amor de Dios es más fuerte que el mal y la muerte misma, significa que el amor de Dios puede transformar nuestras vidas y hacer florecer esas zonas de desierto que hay en nuestro corazón. Esto lo puede hacer el amor de Dios.

Este mismo amor por el que el Hijo de Dios se ha hecho hombre, y ha ido hasta el fondo por la senda de la humildad y de la entrega de sí, hasta descender a los infiernos, al abismo de la separación de Dios, este mismo amor misericordioso ha inundado de luz el cuerpo muerto de Jesús, y lo ha transfigurado, lo ha hecho pasar a la vida eterna. Jesús no ha vuelto a su vida anterior, a la vida terrenal, sino que ha entrado en la vida gloriosa de Dios y ha entrado en ella con nuestra humanidad, nos ha abierto a un futuro de esperanza. 

He aquí lo que es la Pascua: el éxodo, el paso del hombre de la esclavitud del pecado, del mal, a la libertad del amor y la bondad. Porque Dios es vida, sólo vida, y su gloria, somos nosotros, es el hombre vivo (cf. san Ireneo, Adv. haereses, 4,20,5-7).

Queridos hermanos y hermanas, Cristo murió y resucitó una vez para siempre y por todos, pero el poder de la resurrección, este paso de la esclavitud del mal a la libertad del bien, debe ponerse en práctica en todos los tiempos, en los momentos concretos de nuestra vida, en nuestra vida cotidiana. Cuántos desiertos debe atravesar el ser humano también hoy. Sobre todo el desierto que está dentro de él, cuando falta el amor de Dios y del prójimo, cuando no se es consciente de ser custodio de todo lo que el Creador nos ha dado y nos da. Pero la misericordia de Dios puede hacer florecer hasta la tierra más árida, puede hacer revivir incluso a los huesos secos (cf. Ez 37,1-14).

He aquí, pues, la invitación que hago a todos: Acojamos la gracia de la Resurrección de Cristo. Dejémonos renovar por la misericordia de Dios, dejemos que la fuerza de su amor transforme también nuestras vidas; y hagámonos instrumentos de esta misericordia, cauces a través de los cuales Dios pueda regar la tierra, custodiar toda la creación y hacer florecer la justicia y la paz.

Así, pues, pidamos a Jesús resucitado, que transforma la muerte en vida, que cambie el odio en amor, la venganza en perdón, la guerra en paz. Sí, Cristo es nuestra paz, e imploremos por medio de él la paz para el mundo entero.

Paz para Oriente Medio, en particular entre israelíes y palestinos, que tienen dificultades para encontrar el camino de la concordia, para que reanuden las negociaciones con determinación y disponibilidad, con el fin de poner fin a un conflicto que dura ya demasiado tiempo. Paz para Iraq, y que cese definitivamente toda violencia, y, sobre todo, para la amada Siria, para su población afectada por el conflicto y los tantos refugiados que están esperando ayuda y consuelo. ¡Cuánta sangre derramada! Y ¿cuánto dolor se ha de causar todavía, antes de que se consiga encontrar una solución política a la crisis?

Paz para África, escenario aún de conflictos sangrientos. Para Malí, para que vuelva a encontrar unidad y estabilidad; y para Nigeria, donde lamentablemente no cesan los atentados, que amenazan gravemente la vida de tantos inocentes, y donde muchas personas, incluso niños, están siendo rehenes de grupos terroristas. Paz para el Este la República Democrática del Congo y la República Centroafricana, donde muchos se ven obligados a abandonar sus hogares y viven todavía con miedo.

Paz en Asia, sobre todo en la península coreana, para que se superen las divergencias y madure un renovado espíritu de reconciliación.

Paz a todo el mundo, aún tan dividido por la codicia de quienes buscan fáciles ganancias, herido por el egoísmo que amenaza la vida humana y la familia, egoísmo que continúa el tráfico de personas, la mayor esclavitud en este siglo XXI. Paz a todo el mundo, desgarrado por la violencia ligada al tráfico de drogas y la explotación inicua de los recursos naturales. Paz a esta Tierra nuestra. Que Jesús Resucitado traiga consuelo a quienes son víctimas de calamidades naturales y nos haga custodios responsables de la creación.

Queridos hermanos y hermanas, a todos los que me escuchan en Roma y en todo el mundo, les dirijo la invitación del Salmo: «Dad gracias al Señor porque es bueno, / porque es eterna su misericordia. / Diga la casa de Israel: / «Eterna es su misericordia» (Sal 117,1-2). (http://infocatolica.com/?t=ic&cod=16919)

sábado, 30 de marzo de 2013

Mensaje de pascua de Bergoglio antes de ser papa


A continuación les dejo un mensaje de pascua del actual papa Francisco cuando aún era cardenal. El video se grabó días antes de partir a roma por motivo de la elección del nuevo papa, sin saber que él mismo se convertiría en papa.

A continuación puedes ver el video.


viernes, 29 de marzo de 2013

Semana Santa. "Dios mío, Dios mío, por qué me has abandonado"

"Dios mío, Dios mío, por qué me has abandonado" (Mt 27, 46)

Quiero compartir brevemente algo que me quedó hoy día en la mañana en un pequeño retiro espiritual Ricardo Ezzati a través de Canal 13. 

"Dios mío, Dios mío, por qué me has abandonado". Es el grito de Cristo en la cruz, a punto de morir. Un grito que muchos hemos dado en nuestro no comprender la voluntad de Dios. Sin embargo, es un grito desde el hombre con fe que reclama a su padre.

La vida del Cristiano es un desierto que debe atravesarse en plena comunicación con Dios, ya que a su margen quedamos desnudos como Adán y Eva sin el brillo de Dios. Un camino de desierto que debe ser vivido de forma sencilla, tan solo necesitamos agua, compañía y una brújula. Agua que es fe renovada en el contacto con Cristo vivo, compañía que es el vínculo con los demás y la brújula que es el camino de la cruz. Un camino que implica un salto en la fe, grabado en las últimas palabras de Jesús: "Padre en tus manos encomiendo mi espíritu" (Lucas 23, 45).

martes, 26 de marzo de 2013

Semana Santa. "Oren para que no caigan en tentación"



 "Jesús en el huerto de Getsemaní"
Lucas 22, 39-46

     Después Jesús salió y se fue, como era de costumbre, al monte de los Olivos, y lo siguieron también sus discípulos. Llegados al lugar, les dijo: "Oren para que no caigan en tentación"
      Después se alejó de ellos como a la distancia de un tiro de piedra, y doblando las rodillas oraba con estas palabras: "Padre, si quieres, aparta de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad sino la tuya".
     (Entonces se le apareció un ángel del cielo para animarlo. Entró en agonía y oraba con mayor insistencia. Su sudor se convirtió en gotas de sangre que caían hasta el suelo.)
     Después de orar, se levantó y fue hacia donde estaban los discípulos. Pero los halló dormidos, abatidos por la tristeza. Les dijo: ¿Ustedes duermen? Levántense y oren para que no caigan en tentación".

En esta cita del evangelio podemos apreciar a Jesús en su último momento de oración con los apóstoles, en silencio, disponiéndose a aceptar la voluntad del Padre libremente y sufriendo al punto de sudar sangre que será para nosotros la sangre por la redención del mundo. Es en este contexto en que Jesús nos pide que nos mantengamos vigilantes, atentos, en oración para no caer en tentación. Es un momento en que "reinan las tinieblas" (Lucas 22, 53), momentos difíciles que serán sucedidos por el camino de la cruz.

Este es el tiempo de Semana Santa, un tiempo de acompañar a Jesús con la oración, de reflexión en los misterios de la pasión y muerte de Jesús, tiempo de pedir perdón por nuestros pecados, permaneciendo en vigilia por el que da la vida por nosotros.

¿Que haré en esta Semana Santa? ¿Será para mí una semana más? ¿Me dedicaré a disfrutar del fin de semana largo? En definitiva, ¿Le daremos a Dios el primer lugar?

No es extraño observar en esta semana un comercio exaltado por la venta de pescado y un abarrotamiento de huevitos de chocolate, una incitación al consumo. Creo que estaría bien partir por no centrarnos en esto, no hagamos un festín de pescado ni nos confundamos con el conejito de pascua.

Creo que estaría muy bien vivir esta semana junto a la familia, con momentos de oración y reflexión en conjunto. Poner algún propósito en concreto para cada día de la semana.

Acompañemos a Jesús y hagamos entrega de esta semana. Que Jesús no nos encuentre "Dormidos y abatidos por la tristeza" cómo a los discípulos en el monte de los Olivos.

Te invito a compartir un comentario bajo esta publicación sobre como piensas vivir esta semana.

Un abrazo.